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Un ‘Merkado’ superfresco abre los martes

Los martes son de Merkado orgánico
Los productos llegan casi directamente de la tierra al ‘Merkado’. La familia Falconí-Fierro se levanta a las 03:00 de cada martes para cosechar y preparar todo lo que expenderán en el mercado orgánico en Kinetiko. Ellos promueven la comercialización de vegetales, verduras, hortalizas orgánicas.
 
En palabras de Consuelo Fierro, el ‘Merkado’ ya es parte de la González Suárez. Ella es atenta con sus clientes, al punto que conoce los nombres de pila de muchos de ellos y los trata con familiaridad. Pareciera que esa es una de las claves del éxito: la cercanía con los compradores. Las personas que llegan reciben información sobre el origen y cuidado que tienen, por ejemplo, las verduras antes de llegar al mercadito.

Alimentos sin químicos

¿Por qué son alimentos orgánicos? Porque los agricultores no utilizan químicos en la siembra, crecimiento ni producción. La filosofía es la misma para los animales. En el ‘Merkado’, también, se puede comprar pollo y huevos y los Falconí-Fierro dan la misma explicación: “no vendemos nada de lo que no producimos”.
 
La fama del ‘Merkado’ sobrepasó las fronteras de la González Suárez. Jhana Shelley vive en Guápulo y por sus vecinas se enteró de la venta de productos orgánicos. Ella es estadounidense y preguntó, antes de comprar, cómo se crían los pollos. Y, como una buena vendedora de sus productos, Consuelo explicó que los alimentan con sus verduras, morocho y en la etapa de engorde dan banano, yuca y papa. No tienen ningún tipo de vacuna ni antibióticos y crecen en el campo. Jhana quedó conforme. La salud es su razón para adquirir productos orgánicos. “Es importante comer sin químicos, sin hormonas en una sociedad moderna”, dice en un español casi perfecto.
Venden lo que producen en su granja

56 productor orgánicos disponibles

La visita al ‘Merkado’, si se tiene un poco de tiempo, puede ser muy ilustradora sobre la variedad de vegetales, verduras, hortalizas, frutas… Fausto Falconí, dueño de la idea, conoce las bondades de cada uno de los 56 productos que expenden. ¡Pruebe el radicchio!, exclama justo en el momento que parte con sus manos unas hojas de esta prima de la lechuga. Tiene un gusto amargo, pero Falconí recomienda echarle un poco de aceite de oliva. El radicchio viene de Italia y es baja en calorías. Ayuda a la digestión y favorece al hígado. Las hortalizas son básicamente de Europa. Falconí investigó y trajo las semillas para enriquecer la oferta.
 
El secreto, que no es tan secreto, es que los productos reciben todos los minerales de la tierra. “La tendencia no solo es de este barrio, es a escala mundial porque hay gente que busca salud”, advierte Fierro. Entonces, el rincón orgánico de la González es el reflejo de un giro en los hábitos alimenticios de una parte de la población.
 
Al inicio -recuerdan los Falconí Fierro- lo más duro fue darse a conocer en el barrio y ahora creen que son parte de la casa de sus clientes porque llevan salud a sus mesas.
 

Hay que llegar temprano

La venta empieza a las 07:30 de cada martes y termina a las 13:00. La afluencia constante de personas hace que a media mañana algunos productos se terminen. Hay desde tomate cherry morado hasta seis variedades de lechugas. También huevos de campo, lácteos, mermeladas, miel de abeja y embutidos orgánicos.
 
El tomate y la frutilla son los más consumidos entre la gente del barrio. La razón: “la gente está consciente del nivel de contaminación que pueden tener ambos productos”, explica Consuelo. Aunque también hace hincapié en que se consume de todo “un poquito”.
 
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Escrito por Marcos Vaca

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Urban Bakery, especialista en pan artesanal