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El arte de Frank Underwood para guiarnos a donde él quiere

Kevin Spacey da vida al presidente Frank Underwood. Foto: YouTube.

La política es generalmente -aunque no debería- sinónimo de corrupción. Y para que sea efectiva se debe enredar al mayor número de personas posible para levantar un imperio. El problema es que el presidente Frank Underwood nos hace sus cómplices.

Este Presidente de Estados Unidos sabe que los que estamos tras la pantalla somos de fiar. Su audiencia a duras penas hace comentarios sobre sus triquiñuelas políticas que tienen el ‘noble objetivo’ de mantenerse en el poder ‘forever and ever’. Tal vez los comentarios del público no son contundentes porque en el mundo real esas argucias políticas son tan constantes como para llenar las páginas de los periódicos.

Frank Underwood (Kevin Spacey) lleva rompiendo la cuarta pared desde la primera temporada de House of Cards. La serie ya avanzó a la quinta y ahora hay más gente involucrada y más muertos en la lista.

La política de Underwood es un espectáculo

¿Por qué el presidente demócrata solo revela sus pensamientos a la audiencia? Porque somos mudos, porque la política es un espectáculo que enciende el morbo, porque parecería que esa frase es cierta: la política es el arte de impedir que la gente se meta en lo que sí le importa. Frank Underwood es cínico porque solo se confiesa con su audiencia inerte y, en cambio, a sus votantes les dice lo que quieren escuchar o ejecuta planes siniestros para que voten por él. ¿Así será la política en la vida real?

De nada sirve pensar mal de Frank Underwood. ¿Sirve de algo pensar bien de nuestros gobernantes? Frank quiere mantenerse en el poder ejecutivo a cualquier precio e incluso si algún día llega a pasar que ya no esté en la Casa Blanca, él quiere estar tras de el poder. Pero, no como una dictadura porque esa idea no está siquiera contemplada en el diccionario demócrata; en la biblia Underwood existen otras posibilidades avaladas por la popularidad. Eso suena muy real; pregunta para usted lector ¿no le parece que algún político de su entorno quiere ser presiente de por vida con el pretexto de que “el proyecto político debe seguir”?

Los Underwook son buenos y son malos

Ojalá que no, porque los Underwood, Frank y su esposa Claire enredan a los que puedan para sostenerse en la Casa Blanca aunque -como buenos estrategas- saben que sus cómplices son débiles de alma y cuerpo y que nosotros el público de la serie de Netflix solo nos importa ver los enredos porque la política (incluso en la realidad) solo parece interesante cuando se enfrentan los buenos con los malos o cuando los malos se hacen buenos.

El problema es que los Underwood dependen de la democracia de Netflix para alargar su poder y nosotros -los votantes- estamos bajo otros yugos.

P.D.: el recurso de romper la cuarta pared es cuando el actor interactúa con la audiencia y en muchos casos la conduce o guía a donde él o ella quiere.

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Escrito por Marcos Vaca

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