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El plantón en La Paz dejó resultados

Los vecinos de La Paz protestan

Una semana más, de seis convocadas, en la noche, los moradores de La Paz salieron a protestar. La jornada fue especial porque contaron con el apoyo de sus vecinos cercanos de la González Suárez.

Las protestas fueron detonadas por la falta de control y planificación. La normativa está en la Ordenanza 308 del Municipio de la ciudad en la que se detalla sobre los permisos y LUAES que se entrega a negocios. En el caso de La Paz, según los residentes, muchos negocios no cumplen con las actividades comerciales que indica la zonificación del barrio. Incluso, muchos de ellos, que han sido exhortados o sancionados por incumplimiento de la Ley continúan funcionando.

Situación que, para José Ignacio Quintana, secretario del Comité Barrial de la González es suficiente para vincularse a la causa. Además, asegura que otros barrios cercanos de la zona como La Floresta, Guápulo, Bellavista, La Mariscal buscan unirse a las demandas del barrio La Paz.

No vamos a permitir que nuestros barrios se llenen de bares y se vuelvan zonas rosas en sectores residenciales; estaremos presentes y unidos hasta que consigamos nuestro objetivo

José Ignacio Quintana, secretario del Comité Barrial de la González Suárez

Así también lo sostiene Ana María Proaño, residente por 25 años de la calle Humboldt. Ella afirma que el ruido que generan los escándalos de algunos clientes de los negocios de las calles Whymper y Paúl Rivet llega hasta su casa. Según ella, el problema se ha intensificado en el último año. ¿Las consecuencias? Se ha perjudicado la movilidad y plusvalía de todo el sector.

¿Cuáles son las posturas de los negocios?

Cada establecimiento, de los 10, que los moradores han identificado, tiene diferente actividad y su situación debe tratarse caso por caso, según los propios vecinos. 

En SABAI beer se afirma que al contar con todos sus permisos actualizados y en orden —avalados por el Municipio— no están funcionando ilegalmente. La responsabilidad es de la entidad que los dejó funcionar para ser un restaurante bar donde sirven comida y cerveza artesanal. Aseguran, además que controlan los niveles de ruido en un registro de decibels, cada media hora, a través de un sonómetro para no sobrepasar el límite

Ryan Jacobo Hood, propietario de Bandidos del páramo, explica que funcionan como restaurante con un ambiente familiar y cuya facturación de comida es mayor al 40%. Acota que tiene disposición de ser un buen aliado de la comunidad. Por lo que con su equipo, según el dueño de Bandidos del páramo, han comenzado un proceso de limpieza mensual de las aceras y gradas del barrio. Asimismo hacen una socialización con su clientela sobre el respeto del ruido. 

Hace 5 meses atrás, para un reportaje de UNOSTRES, Jocobo manifestó que su negocio en particular es un PUB y que el verdadero problema es la falta de un sistema razonable de zonificación de la ciudad y la mala asesoría para establecer negocio según su actividad.

Sin embargo, menciona que desde septiembre ha  querido tener un acercamiento con la dirigencia del Comité del barrio La Paz. “Hasta ahora y después de insistir varias veces, nadie nos ha comentado de una reunión ni nos ha invitado para dialogar, a pesar de querer hacerlo; entonces, nos gustaría que alguien del comité tome la iniciativa para poder conocer sus inconformidades y llegar a soluciones”.

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Un comentario

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  1. Otros negocios también ocasionan mucha bulla con música, karaokes, los mismos clientes gritando, y no hay filtros de ruido para los edificios de la calle Humboldt.

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Escrito por Salomé Mediavilla

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