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Los cuidadores de carros se presentan

Salomé Mediavilla. Estudiante de la Universidad Tecnológica Equinoccial

La identidad de los vigilantes de autos es necesaria. Conocerlos sirve para crear un vínculo de familiaridad con quien cuida el vehículo. Ese, según la Policía, es uno de los objetivos del Plan Vigilante Seguro.

La UPC de Bellavista, según el capitán Javier Villagómez, ha registrado a 40 vigilantes seguros verificando su perfil y antecedentes. Además, para legitimar más su trabajo, planean entregarles carnés donde constarán su nombre, cédula y dirección.

Los miembros de este programa reciben capacitaciones sobre relaciones humanas y seguridad. Cuentan con un grupo de Whatsapp para informar sobre anomalías a la Policía. Tienen la disposición de no trabajar en estado etílico y usar correctamente su chaleco.

 

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El objetivo de todos los vigilantes es brindar seguridad. Cubren zonas distintas, pero comparten los mismos problemas: robos, agresiones, amenazas y en muchas ocasiones el dinero que reciben es muy poco.

Algunos de ellos quisieron presentarse ante los vecinos para empezar a crear confianza, aunque muchos prefieren evitar las fotografías.

Las historias de los vigilantes de la González

  1. Eloina Paredes: Ha cuidado autos por 18 años en la zona. Se ubica desde el redondel Winston Churchill hasta la esquina de la calle Bejarano. Se traslada desde Guamaní, sur de Quito. Se ayuda con sus dos hijos en el horario de 09:30 a 18:30. Asegura que este trabajo le ayuda a mantenerse activa y le gusta hacerlo eficientemente para poder recibir mayor consideración de los conductores.
  2. Armando Padilla: Con sus compañeros trabaja desde hace 4 años por la González Suárez. Su zona va desde el edificio Il Gatto Pardo hasta el cruce de la calle San Ignacio; cada quien tienen su sector determinado. Tiene su profesión, pero por falta de empleo ha tenido que adquirir este oficio. Llegan a partir de las 08:30 y a veces, deben quedarse hasta las 22:30.
  3. Martha Sánchez: Su trabajo es familiar. Parquea los autos con su cuñada, su hermano y su hijo a lo largo de la calle Whimper. Todos los vehículos que cuida desde hace tres años son fijos. Martha es muy alegre y emprendedora. Es guayaquileña, pero  vive en el norte, en el sector de El Inca. Su jornada inicia a las 07:30 y concluye a las 18:30. En la noche es más peligroso y solo se queda su hijo hasta las 02:00.
  4. Vicente Chamba: Es muy proactivo y servicial.  No solo parquea automóviles en su zona (desde el Hotel Quito hasta la esquina de la calle San Ignacio), también ayuda a cruzar a los peatones; cuando lo amerita. Su carisma lo ha hecho merecedor de muchas amistades con periodistas y clientes de los negocios del sector. Trabaja 11 años de 07:00 a 17:00. No lo hace hasta más tarde porque prefiere regresar a su hogar en Toctiuco, en el centro-sur de Quito; y hacer lo que más le gusta, ver el noticiero de la noche.

 

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