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En busca de la banda sonora

La González se puede convertir en un rincón urbano para las aves. Y, como dice el ornitólogo Juan Manuel Carrión, ellas aportan al bienestar humano. En la medida en que la banda sonora que nos rodea esté compuesta por el trino de las aves —explica Carrión— se puede comprobar que nos encontramos en ambientes sanos.

El crecimiento urbano da la sensación de que hay una grieta entre el ser humano y la naturaleza; pero Carrión sugiere que se incorporen elementos, como las aves, para una reconexión con la naturaleza.

En un rápido recorrido por la avenida o por la Humboldt se pueden encontrar aves; en la Ernesto Caamaño se avistan colibríes. Justamente, esa es la propuesta inicial: que los residentes miren y saquen fotos de los pájaros y las compartan con Carrión. Él, con su experiencia, ha logrado incluso observar  halcones peregrinos en los edificios más altos del sector. “Si esta ave vuela por  aquí, es porque hay una biodiversidad aviaria interesante”.

A Carrión le han llegado reportes de vecinos que han observado en sus balcones chotacabras. Se han visto quilicos. Él mismo pudo avistar un halcón peregrino cuando manejaba por el Hotel Quito hacia La Floresta y lo publicó en su perfil de Facebook; recibió decenas de comentarios.


 

Para enriquecer el ecosistema, el experto sugiere edificar terrazas naturales o jardineras en los balcones para convertir al sector en un espacio amigable para las aves. 

Y, si se concreta un proyecto formal, el ornitólogo cree que este funcionará solo si existe un compromiso para que la comunidad suministre alimento a las aves (agua y frutas secas) y que se monitoreen y limpien los recipientes. Lo mismo en los espacios públicos. “Se puede empezar si hay uno o dos adeptos y luego van aumentando”. 


La iniciativa ha llamado la atención de los moradores

Muchos se han anunciado su deseo de participar en un proyecto para incentivar la protección de la flora y fauna en la González Suárez. Asimismo, Bernardo Ortiz-von Halle compartió un listado con el número de aves de lo que él ha observado caminando por las calles del barrio.

Según la explicación de Ortiz-von Halle, la vegetación del borde oriental de la González Suarez y los jardines del Hotel Quito, la casa de la Embajada de Estados Unidos y los jardines casa de la Embajada Argentina son los principales núcleos de vegetación que ayudan a mantener algunas de estas especies.  “Varias otras ya desaparecieron ante el avance de los edificios y la caída de las casas y sus jardines”.

Observaciones más sistemáticas en el borde oriental -explica Bernardo Ortiz-von Halle- sumarán mínimo otras 10 especies (en el parque de Guápulo hay 30 especies registradas; Quito tiene hasta 120 especies registradas). Avenidas con árboles en parterre (Humboldt, González Suarez, Coruña) son buenos corredores de vegetación. 

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Escrito por Unos Tres

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