Unos Tres
Pruebe esta experiencia. Siéntese en la mesa más chiquita, en una de niños. Toque las sogas que están al lado de la mesita, relájese; pida un cruasán de chocolate y un café. Esta rutina resume la experiencia en la nueva panadería del barrio. María Clara Jijón y su socia María Elena Egas pensaron que su local tenía que ser amigable, acogedor y que la gente pudiera interactuar incluso con los adornos. Su especialidad: el pan artesanal.
Es un espacio con un espíritu urbano, pero con un ADN rústico tradicional; por eso en una pared hay unas sogas estiradas como si fueran las cuerdas de un arpa. Las lámparas son tres focos sobre las mesas de madera. Hay plantas y hasta una gigantografía en blanco y negro de Chicago. La entrada a la cocina es una puerta de madera de color turquesa, como de esas casas añejas del campo serrano.
Espacio en armonía
Urban Bakery abrió la primera semana de octubre del 2017 y desde ese día recibieron frases de apoyo. “Felicidades y éxitos en esta nueva etapa (sus vecinos de arriba)”, reza en una pared habilitada para rayar con tiza.
En el sitio hay 8 mesas grandes y tres chicas. El espacio es pequeño, pero los comensales no se hacen líos. Llegan por un café, pan; pero también se ofrece sándwiches y ensaladas. Urban Bakery abre de lunes a viernes de 07:30 a 20:00, los sábados de 08:00 a 20:00 y los domingos de 08:00 a 15:00.
Alejandro Cathey conoció Urban Bakery, a pocos días de la apertura de la panadería. Dos semanas después volvió a la González Suárez por trabajo y aprovechó para visitar nuevamente el local. “Me atrajeron por el pan y el café y como me gustó volví”. En su segunda visita estaba con su computadora portátil en una mesa alumbrada por tres focos y junto a una pared con frases como: “no hay pan que por bien no venga”. La gente vuelve y eso alegra a las socias de este emprendimiento, donde se expende hasta 34 variedades de pan.
De las mejores zonas
¿Por qué abrir otra cafetería en una zona saturada de este tipo de negocios? “Siempre nos pareció que las mejores zonas son la González Suárez o la República de El Salvador por la densidad poblacional por metro cuadrado”. Las dos socias de Urban Bakery hicieron un estudio de mercado y el resultado fue alentador. En este sector conviven personas de la tercera edad y jóvenes; todos ellos son potenciales comensales.
Cuatro meses les tomó desarrollar la idea. De hecho, habían alquilado el local y lo tuvieron cerrado hasta que todo estuviera listo. Trabajaron en las recetas, el menú, la contratación del personal; toda una experiencia nueva para María Clara y María Elena.
