Aventurero: Se mueve sin prisas ni estrés. ´Alérgico´ a los tours prediseñados: mientras más locas y exóticas sus experiencias, mejor.
Fotógrafo compulsivo: Adicto a retratar cada instante, rincón, calle… Con la cámara colgada al cuello y el ´selfie-stick´ en la mano.
Planificador: El que prepara el viaje con meses de anticipación (y lo disfruta). No vale la improvisación, su biblia es su itinerario
Ahorrador (mochilero): Tiene olfato para encontrar los mejores descuentos. Hace una sola comida al día y no le importa (y hasta le gusta) compartir habitación con 20 viajeros más
Gastador: Las tiendas de recuerdos son su debilidad. Se hospeda en hoteles de cuatro estrellas para arriba y lleva una maleta extra para las compras
Guía turístico (cultural): Sabe más del lugar que visita que los mismos habitantes. En cada punto histórico aprovecha para cultivar a sus acompañantes
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