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Hasta un botín encontraron los vecinos durante la minga

Nina y Olivia ayudaron durante la minga. Foto: Marcos Vaca

La minga terminó con un ‘selfie’ de los voluntarios. Estaban felices porque lograron su objetivo: crear comunidad. Y, además, limpiaron los desechos de las dos aceras de la avenida y su parterre.

Se conocieron en persona. Los residentes compartieron vivencias y, al final, comieron pizza, tomaron limonada y bebieron café. Todo esto como un acto de celebración.

Los vecinos se fotografiaron tras terminar la minga. Foto: María Pérez.

Levantaron papel, plástico, botellas, desechos orgánicos y hasta un botín negro de mujer. María Pérez, una de las vecinas organizadoras, pidió que contaran cuántas ‘popós’ de mascotas limpiaban. Ella fue armada con dos palas pequeñas y contabilizó 21 ‘montañitas’ de heces de can.

 

María fue muy meticulosa. Foto: Perla García.

Pérez recorrió la vereda oriental de la avenida. Antes de ella, otra vecina recogió 10 desperdicios de can. En cambio, José Ignacio Quintana, caminó por el parterre. Se armó de un palo largo con punta para recoger papeles, colillas.

Los desechos que se encontraron en la minga

¡Sorpresa! A la altura de la calle Muros encontró un ‘six pack’ de botellas de cerveza vacío. De hecho, las aceras y el parterre de este sector (donde están restaurantes y discotecas) fue la más sucia.

José Ignacio Quintana limpió el parterre. Foto: Marcos Vaca.

Había desde colillas de cigarrillo hasta  botellas plásticas en la acera occidental del sector. Kurt Freund se animó  a reclamar. Entró a uno de los restaurantes para pedir que limpiaran la vereda. Los empleados aseguraron que sí lo hacen, pero cuando abren el local.

Eran las 11:00. Los más de 20 vecinos hacían su labor. En el mismo grupo de Freund estaba José María Lasso. Él encontró un zapato de mujer a pocos metros de la intersección de la avenida con la Muros.

José María Lasso encontró un botín durante la minga. Foto: Marcos Vaca.

El trabajo empezó un poco después de las 10:00 del 2 de junio en la cabecera norte de la González Suárez. El sol pegó con fuerza; llegó hasta los 20 grados centígrados. La limonada era la única forma de contrarrestar el calor.

Desde las 09:25 hubo bebida en la entrada de la pizzería El Hornero. Ahí acudían los sedientos desde que empezó la jornada hasta el final.

Hubo personas que se acercaron a los voluntarios para felicitar por la iniciativa. Otros se ofrecieron a entregar refrigerios para la próxima minga. Esta será el primer sábado de julio, según anunciaron los organizadores de #SomosBarrio.

 

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Escrito por Marcos Vaca

60 decibeles de sonido soporta una persona

La limonada fue el energizante de la minga