La idea principal es organizar el trabajo en el barrio. Se trata de mejorar las condiciones en que se ofrecen los servicios, por ejemplo, de los distribuidores de gas, chatarreros y vendedores de papas. Esta es la explicación que da María Luis Cordero, de Somos Barrio, sobre la propuesta para reducir el ruido en el barrio.
El viernes 18 de septiembre del 2020 y sábado 19 de septiembre hubo un operativo con agentes de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT) en el sector. Esos dos días los uniformados advirtieron a los chatarreros que no podían circular por la zona haciendo ruido con los megáfonos. Les explicaron que infringen ordenanzas y que pueden ser sancionados y multados si persisten con la contaminación auditiva.
Este operativo se inició el viernes porque regularmente ese día hay más compradores de chatarra. La propuesta del barrio es que el grupo de personas que compran este tipo de desperdicios se agrupen en un chat de WhatsApp y que los vecinos soliciten su servicio por esa vía.
El antecedente con los distribuidores de gas
En este proyecto trabajan en conjunto Somos Barrio, el Comité Pro Mejoras, la Secretaría de Ambiente y la AMT. Ya tienen una experiencia previa con la organización de los distribuidores de gas en el sector.
“El proceso fue más rápido con ellos porque estaban un poco más organizados. Ya tenían sus teléfonos y fue más fácil convocarlos y armar el grupo”, recuerda María Luisa Cordero. Uno de los inconvenientes que enfrentaron es que los distribuidores más antiguos no querían, por ejemplo, aceptar a una persona que tuviera menos años en el barrio.
Lograron un acuerdo y se propusieron sacar adelante el acuerdo para reducir el ruido. Además, acordaron que los distribuidores no iban a recibir pedidos de compra de gas de los guardias de los edificios y que sería únicamente por el chat.
Luis Calcán es uno de las personas que expende el gas licuado de petróleo en el sector y es parte del proyecto. “Hemos puesto todo de nuestra parte, pero todavía pocos piden por WhatsApp”, asegura.
La contaminación sonora es la preocupación de los residentes del barrio. Sin embargo, ante los pocos pedidos, durante una semana, los distribuidores de gas perifonearon nuevamente. Hubo quejas por el ruido provocado por los pitos y parlantes.
Luis Calcán cree que hace falta aún más compromiso de los residentes para que la propuesta funcione. María Luisa agrega que los vecinos ya se dieron cuenta de la diferencia entre escuchar la bulla y un barrio organizado.
El Comité Pro Mejoras y Somos Barrio enviaron correos electrónicos a los presidentes y administradores de la mayoría de edificios del sector. Asimismo, los propios distribuidores llevaron cartas a los dirigentes de edificios que no estaban registrados en el censo del Comité. Además, constantemente se comunica por los chats del barrio para que se mantenga la vía de comunicación con los distribuidores de gas.
El nuevo trabajo con los chatarreros
La estrategia de Somos Barrio para organizar el trabajo con los compradores de chatarra requerirá de un trabajo más minucioso. Por lo pronto han pedido a los guardias y vecinos amigos que si ven a un chatarrero, se acerquen y les pidan sus nombres y números de teléfono. La idea final será armar un grupo de WhatsApp.
También está en los planes organizar una comitiva con los agentes metropolitanos para que se acerquen a los chatarreros e incluso a los vendedores de papas y así solicitarles la información y explicarles el procedimiento. “Nadie tiene el teléfono de estos señores. Normalmente pasan las mismas personas”, explica María Luisa.
El trabajo con las autoridades
La propuesta es que la González Suárez sea un barrio modelo para que otros sectores de la ciudad apliquen el mecanismo y así reducir la contaminación sonora. En el plan están involucradas la Secretaría de Ambiente y la Agencia Metropolitana de Tránsito. Ahora mismo hay un canal abierto con los agentes de la AMT para comunicarles cuando aparezcan los chatarreros, pero la idea es integrarlos al chat. “Esperamos lograrlo”, finaliza María Luisa Cordero.