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Ananké tiene dos fórmulas para el éxito

Andrés Caicedo y José Barrera descubrieron dos fórmulas para que funcione Ananké. La primera la buena onda; y la segunda, la cocina honesta.

La buena onda es la fusión de buen trato, naturalidad y servicio en su restaurante.  “Atendemos a nuestros clientes como quisiéramos que nos atiendan a nosotros”, explica Andrés, uno de los dos socios de Ananké.

La buena onda llega al punto que Óscar, uno de los meseros, saluda cordialmente a varios comensales. Hay relación de barrio. 

El ambiente del Ananké en la González Suárez.

Andrés es lugareño de la González,  vive aquí desde hace 13 años y se ha sorprendido de la recepción de los residentes. “Vienen muchos adultos mayores y disfrutan del ambiente”.

La buena onda viene desde Guápulo y se extendiende a Cumbayá. “Es imposible pensar al Ananké sin Guápulo”, sostiene Andrés. Ahí empezó hace 16 años y ahora tienen dos locales más con la misma filosofía y pasión por la cocina.

¿Y la cocina honesta? José conoce la fórmula. “Las personas se dan cuenta que es un buen producto, tenemos buenos precios y un ambiente de amistad y amabilidad”.

La cocina honesta tiene dos ingredientes extras: está preparada en horno de leña y con productos frescos. El olor de la leña se percibe tan solo al pasar por la puerta del Ananké y la calidad se siente al ordenar uno de los platos.

La combinación del Ananké

Andrés y José, los dueños de Ananké.

Andrés y José están orgullosos de sus fusiones. Ellos mismos son una combinación precisa: Andrés es músico y José cocinero. El restaurante tiene buena cocina y música en vivo. En diciembre, por las Fiestas de Quito, habrá jazz, dúos de guitarra  y piano. 

En Navidad, por primera vez, ofrecerán comida de temporada con la sazón de Ananké. Andrés y José invitan a las familias del barrio y a empresas pequeñas para disfrutar de este servicio navideño combinado con la buena onda y la cocina honesta. 

El destino ha permitido el florecimiento de todas las fusiones. Ananké es el nombre de la diosa griega del destino y, de alguna manera, ha influido para que el restaurante naciera en Guápulo y creciera en la González y Cumbayá.

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Escrito por Unos Tres

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