Unos Tres
Un segundo de descuido basta para quedar indocumentado e indefenso en Italia o en cualquier parte del mundo. La alegría de conocer Florencia se desdibujó en la estación del metro Roma Termini, de pronto la cartera abierta y el portapasaporte no estaba.
Esa fue la primera certeza de que Roma no es una ciudad segura para los turistas… La capital italiana, que recibe a más de 40 millones de visitantes cada año, según el Ministerio de Bienes Culturales y de Turismo, reporta robos de pertenencias: documentos, dinero, maletas, aparatos electrónicos… cada minuto.
En el Commissariato Sezionale di P. S. Viminale de Vía Farini número 40, entre las 22:00 y las 23:30 del jueves 21 de septiembre de 2017, 5 extranjeros reportaron robos. Una pareja brasileña, un estadounidense, una ecuatoriana y dos italianos. A la mañana siguiente, entre las 08:30 y las 09:30, se sumaron dos asiáticas, dos españoles y el número siguió creciendo…
La referencia fue mayor en el Consulado de España de Via Di Marzio. El lunes 25 de septiembre, luego de obtener nuevo pasaporte en el Consulado de Ecuador, necesitaba el duplicado de la visa Schengen otorgada por ese país. El guardia ubicado en el acceso principal comentaba “otro que viene por lo mismo”.
Entre las 09:00 y las 10:50, llegaron seis españoles víctimas de robos de documentos. Con denuncia en mano comentaban al guardia su situación y este los enviaba a tomarse una foto antes de llenar el formulario. Y ante las interrogantes de los afectados mencionaba que son hechos comunes, que luego de ingresar la solicitud debían volver en una hora a recibir la respuesta y que hay días que ingresan hasta 300 casos…
La noticia fue desalentadora, pues Roma es una ciudad turística por excelencia, que guarda historia y riqueza cultural y artística en cada rincón.
La popularidad y atractivo de este destino imperdible de Europa, lo convierten también en un lugar de cuidado a la hora de recorrer los sitios de mayor concentración.
Visite Roma, pero recuerde tomar precauciones para evitar ser parte de una estadística que ya no sorprende a las autoridades, pese a los esfuerzos que hacen por controlar el flujo masivo de turistas y la delincuencia común en las calles.
